Yo ya no sé en qué mundo vivimos. Nos estamos autodestruyendo poquito apoco, y no solo a nivel exterior, nuestro habitat, nuestro entorno,nuestros recursos naturales; sino, lo que es peor.. a nivel interior, como personas. Podemos llegar a ser el peor reflejo de
nosotros mismos, sin valores, sin moral, sin ilusiones, sin esperanzas...
Sólo hace falta echar un vistazo a la juventud de hoy en dia para daros cuenta de lo que os hablo. Jovenes sin futuro ( hablando de un sector,evidentemente), sin valores, sin cultura ( aún recuerdo un programa de TV que un joven respondía a la pregunta de : cuánto es 4 x 5, y la respuesta fue: 25). Y esos jovenes son nuestro futuro más cercano. El cómo han llegado a ese extremo? la respuesta hay que buscarla en la educación, tanto a nivel estatal, como parental. Somos lo que nosenseñan, vemos y transmiten, ni más ni menos. Y no hay que buscar excusas ni lloriquear por lo sucedido, sino que hay que actuar, ahora que estamos a tiempo, para poder detener esa autodestrucción que se está viendo venir a pasos agigantados.El ejemplo más preocupante lo vemos en los medios de comunicación ,donde cada vez son más habituales las noticias de menores que infrinjen la ley, a sabiendas que no tendrán un castigo adecuado con el delito: robos, agresiones, y llegado al límite, asesinatos, ( ya no hablamos de adolescentes que van de botellón y sólo piensan en fiestas).Esos niños que no tienen miedo a las represalias porque se saben impunes ante la ley, y que una vez cumplida una pena no superior a 5 años, se les deja en libertad vigilada ( en el mejor de los casos) y se borra su historial al cumplir la condena . Así de barata es a día de hoy la vida humana. Hay que hacer cambios en el sistema jurídico,y en campos tan diversos como el medio ambiente y el mismo código penal,civil, la ley del menor.... Pero sobretodo, tenemos que cambiar nosotros mismos, ser conscientes para así actuar y pedir responsabilidades a aquellos que deben hacer los cambios. Sino.... nuestra pasividad será un voto más para nuestra extinción.
Quizás aún estemos a tiempo de ponerle freno, antes de llegar a un punto sin retorno.
Intentemos salvaguardar el presente, para que puedan vivir el mañana.